¿Qué mega auto se compró Ricardito Darín?
Tiene un Audi A3 y una moto inglesa de alta cilindrada, pero la pasión del actor por los fierros no termina ahí: ahora se compró una coupé BMW edición limitada valuada en aproximadamente medio millón de pesos. Manéjalo como quieras, Bombita…
La pasión por los fierros jamás descansa. Así como contingentes enteros salen desde el interior del país para recorrer cientos de kilómetros y presenciar una carrera de TC en el Autódromo de Buenos Aires, otros aprovechan su poder adquisitivo para vivirla a otro nivel, aunque con la misma intensidad. Ricardo Darín, el mismo que de tan fanático de los autos se metió en flor de bolonqui a comienzos de los 90, cuando lo acusaron de contrabandear coches para discapacitados, se autorregaló una verdadera máquina: un BMW 125 Injection valuado en alrededor de 500.000 pesos.
El actor fue a comer a Gardiner de Costanera y, más allá de tratarse de un sitio muy concurrido por la farándula, su rodado fue uno de los más mirados y el comentario del personal del valet parking, que todavía no lo había visto a bordo de su cero kilómetro. Al Audi A3 que suele utilizar cotidianamente, ahora le sumó esta coupé edición limitada, equipada full full y valuada en aproximadamente medio millón de pesos. Y ni hablar de la potente moto Trim inglesa que también acostumbra utilizar para pasear en los días de mayor temperatura. Sin dudas, la pasión de Darín por este tipo de máquinas no tiene límites, al punto que cada dos por tres cambia de rodado, demostrando que su vida misma, como se sabe, marcha sobre ruedas.
Tan bien está Darín en lo laboral que se dio un lujo que no todos sus pares podrían darse: rechazó una propuesta de trabajo para trasladar su talento a Hollywood, nada menos. Según confesó, “A veces no todo es plata”. Puertas adentro, tampoco se puede quejar: su hijo, el Chino, fue elegido para desempeñarse en cine nada menos que junto con Miguel Angel Solá, lo cual lo terminará de instalar definitivamente en la pantalla grande. En fin, el presente le sonríe a Darín. En lo profesional, se atrevió a desechar un ofrecimiento para grabar en los estudios más prestigiosos del mundo. En lo personal, su flota fierrera sumó una nueva adquisición. Y en lo sentimental, ni siquiera provocaron un mínimo temblor las versiones de coqueteo con Valeria Bertuccelli, su compañera de obra. En fin, todo sobre ruedas.
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