Un científico inventa un aparato de la máquina del tiempo, que te permite viajar al pasado. Ronco (Fabio Posca) y el Patrón Carranza (Martín Bossi) planean usarla como parte de sus negocios sucios, pero “Los Únicos” también la encuentran. Axel (Nicolás Cabré) se la lleva e intenta viajar al pasado para cambiar su vida. En lugar de eso, vuelve con un salvaje vikingo. Cuando intenta mandar al vikingo de vuelta a su época, la que termina adentro de la máquina es Sofía (Eugenia Suárez) –quien viaja a algún incierto momento del pasado- y el vikingo queda en el presente con él.

Luego de abordar la máquina del tiempo, Ronco (Fabio Posca) y el Patrón (Martín Bossi) cambiaron la historia del país en propio beneficio. Por eso, al regresar al presente, Ronco es nada menos que el Rey de Argentina y Patrón, el primer ministro. Para cambiar esta situación, “Los Únicos” deben viajar al nacimiento mismo de la Nación: el año 1810.

Axel (Nicolás Cabré), Diego (Mariano Martínez) y María (Griselda Siciliani) parten hacia la época colonial para cambiar la historia y así impedir que la República se convierta en Monarquía. El operativo resulta exitoso y la brigada logra detener a Ronco. Todo parece solucionado, pero –al llegar a la central- se dan cuenta de que Axel ha quedado atrapado en el pasado, prisionero del ejército de la Corona. Enterado de lo ocurrido, Nielsen (Adrián Suar) le pide a Monterrey (Arnaldo André) que lo deje viajar a 1810 para rescatar a su “Culebra”. ¿Logrará Nielsen regresar con su compañero? ¿Podrá la dupla luchar contra los temibles soldados del pasado?

ACERCA DE LA GRABACION Las escenas se grabaron durante tres días en el Museo Histórico de Luján. Para llevar a cabo este importante despliegue de producción, un equipo de cincuenta personas se trasladó hasta el lugar. Pablo Novak y Alejandro Paker hicieron una participación especial como Cornelio Saavedra y Juan Manuel Belgrano, respectivamente. Además formaron parte de la grabación más de 60 extras.

Estas tres jornadas estuvieron bajo el mando del director Sebastián Pivotto. Tanto el vestuario, como el peinado y el maquillaje, debían ser representativos del espíritu de la época. Por eso, el equipo de Pol-ka hizo una investigación con documentación grafica de retratos de aquel entonces, y de esta forma pudieron rescatar el clima, los colores, las texturas y formas de la vestimenta del pueblo que habitaba entonces la pequeña “Buenos Aires”. Una gran parte del vestuario se mandó a confeccionar especialmente.