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Пабло Эчарри / Pablo Echarri

Сообщений 21 страница 40 из 175

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Valentink@ написал(а):

Сегодня выложу, все уже подобрала!

умница наша!!!! http://www.kolobok.us/smiles/big_standart/good2.gif Обязательно буду туда заходить! :yep:

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Echarri: "Vivimos un momento histórico"

El actor habla sobre su paternidad y la actualidad sociopolítica del país.

A pleno vértigo en su doble rol de productor y protagonista de El Elegido (Telefé), el actor se hizo un tiempo para hablar de su vida. La llegada de su primer hijo, la política, los celos,  la muerte, en una charla profunda con quien se define como un feliz hombre de familia.

“Vísteme despacio que estoy apurado”, decía aquel conocido refrán y sin embargo acá estamos frente a un Pablo Echarri que hace lo imposible por torcer esa sabiduría medieval. En un sólo movimiento, podrá sacarse la ropa, hacer un par de chistes, y sobre el final, mirar de reojo el reloj que dejó sobre la mesa.

"A mis 41 años, luego de haber vivido en carne propia los peligros de una sociedad tan disgregada, no podría jamás quedarme callado ante lo que considero un momento de cambio histórico, comparable sólo al primer gobierno de Perón. Y esto lo digo desde mi convicción personal, no vengo justamente de una familia peronista: si mi viejo me escucha hablar ahora, se levanta de la tumba y se muere de nuevo...."

Pablo Echarri, el elegido de LA VOZ y AM 1050

El protagonista de El Elegido, mamo a mano con LA VOZ DE SAN JUSTO y AM 1050

ESPECTACULOS | Después de los besos, las charlas y las miradas cómplices, Andrés (Pablo Echarri) y Mariana (Paola Krum) vivieron a pleno su pasión por primera vez en la noche del miércoles y fue precisamente el morocho más querido de las argentinas quien se encargó de contar a LA VOZ DE SAN JUSTO y AM 1050 cómo fue la grabación de esa escena de El Elegido, ficción que lo trajo de regreso a la pantalla chica. “Fue una escena de amor y pasión, bien cuidada”, contó y prometió que “habrán más capítulos así” en lo que queda de la tira. “En este tipo de escenas, entran en juego algunos pudores vinculados a lo que siempre significa la exhibición del cuerpo. No obstante, depende de quién sea tu compañera y la escena se tornará más cómoda. Con Paola (Krum) ya nos conocemos desde hace mucho tiempo y eso hace que para uno esa escena pasional sea más cómoda. De todos modos, hay que tener en cuenta que los actores también tenemos familia, esposa, hijos… y sin dudas no es una situación muy cómoda. Vamos de asalto (bromea). Nunca tenemos el visto bueno de nuestra pareja en la vida real. En mi caso, Nancy (Dupláa) ya está acostumbrada, aunque según el estado de ánimo, ella prefiere no ver ese tipo de escenas”, dijo Echarri.18/03/2011

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La prueba
2009

Después de protagonizar varios éxitos en televisión, el actor copó la pantalla grande. Participó en Las viudas de los jueves, Cuestión de principios y Boogie, el aceitoso, películas estrenadas recientemente. “Cuando empecé, creía que bastaba con que el feedback de la gente fuera bueno. Ahora necesito probarme que puedo hacer otras cosas”, dice.

Está flaco. Parece mucho más delgado que en Montecristo, donde se lo veía poderoso, con un porte heroico. Eso lo hace más accesible. Siempre está lindo Pablo Echarri, pero ahora tiene algo menos épico, más terrenal. Acaba de cumplir 40 años y tiene algunas canas en el pelo corto. Su rostro exhibe una particular tranquilidad. Probablemente sea el fruto de haber hallado, en los últimos tiempos, espacios de trabajo casi inmejorables y muy diversos.

Echarri puede hacer telenovelas, claro, pero también es capaz de protagonizar junto a Carlos Belloso una pieza teatral oscurísima como The Pillowman, que se estrenó en julio de 2008 y tuvo un éxito tremendo. La obra –que gira alrededor del interrogatorio a un escritor acusado de asesinar niños– acercó a un público algo desprevenido a un texto denso, a mitad de camino entre la comedia negra y el drama más pavoroso. También puede interpretar a un torturador en Crónica de una fuga, película de Adrián Caetano que narra el escape de Claudio Tamburrini y otros detenidos del centro clandestino Mansión Seré, y seguir siendo un actor entrañable y deseado. Arranca suspiros de ternura cuando comenta que va a ser padre por segunda vez (su esposa, Nancy Dupláa, con quien ya tiene una hija, está embarazada). Esa ductilidad, esa capacidad de escaparse del estereotipo de chico bueno de barrio, es algo que lo tiene muy conforme.

продолжение

En ninguna de sus últimas películas hace de muchacho macanudo. En Las viudas de los jueves, de Marcelo Piñeyro, interpreta a un “nuevo rico”, vendedor de seguros, que vive con holgura en un country. En Cuestión de principios –dirigida por Rodrigo Grande y basada en un cuento de Roberto Fontanarrosa, quien participó en la escritura del guión–, es el gerente de una multinacional. En la versión animada de Boogie, el aceitoso, le pone la voz al bestial mercenario y asesino a sueldo creado (una vez más) por Fontanarrosa.

En tus últimas películas interpretaste a empresarios poco escrupulosos y muy materialistas. Sin embargo, buscaste en ellos un costado humano. ¿Tenías pensado encarnar a personajes más complejos o simplemente surgió la posibilidad de hacerlo?
Los papeles que interpreto siempre surgen de los ofrecimientos que me hacen. Una vez que escucho la propuesta, trato de sentirme identificado con el personaje. Necesito comprobar si estoy a su altura para hacer un buen trabajo y no ponerme un traje que me quede grande o que no tenga que ver con mi estilo. Por eso elijo trabajos que creo cercanos a mí, en los que siento que funciono bien como instrumento para contar la historia. Cada día estoy más seguro de eso. En Las viudas de los jueves y Cuestión de principios, la necesidad de encontrar el éxito aparece en primer plano. En las dos películas interpreto a hombres que, en determinado momento de su vida, necesitan dar el batacazo. Quieren explotar su talento para engrosar su cuenta bancaria o conseguir un ascenso social. Se trata de dos tipos que, con su altanería y su actitud, escalaron a lugares inmejorables. En este momento, me interesa reflexionar sobre esa figura del tipo exitoso que pone toda su atención en ganar dinero y deja de lado otras cosas, como su familia.

De hecho, el Tano, tu personaje en Las viudas de los jueves, dice que no conoce a sus hijos.
Sí. Lo mismo le pasa a Silva en Cuestión de principios. Él es gerente en una multinacional y viaja a Rosario tras su mujer y su hija. Se intuye que lo abandonaron porque es un adicto al trabajo que ocupa todo su tiempo en alcanzar el éxito. Por mi edad y la llegada que tengo a la gente, puedo interpretar a personajes de ese tipo.

Sos un actor querido, que le cae bien a la gente. Tal vez eso te facilita encarnar a personas desagradables. Nadie va a dejar de quererte…
Ahora veo las cosas de otra manera. Ya no me interesa tanto caer bien. No digo que en su momento no haya sentido la necesidad de complacer a la gente y de ser aceptado y querido, pero cada vez busco menos esa aceptación. No me animo a decir que es algo que tenga asegurado, pero creo que el cariño y el respeto de la gente todavía están presentes. Ahora tengo la necesidad de contar historias de personas ambiguas, que tienen claroscuros. Al ver a esos tipos representados en mí, la gente se come más la galletita (para decirlo en forma medio brutal), al público le resulta más fácil verlos.

Otro ejemplo sería el personaje de The Pillowman.
Exacto. Muchos iban a ver la obra con una idea preconcebida de lo que yo podía ofrecer y no fui condescendiente con el público. Quería brindar algo distinto de mí. No busco explotar las virtudes que tengo más a mano, no quiero seguir el camino más sencillo. Además, me parece que la gente se divierte cuando trastoco mi imagen. Fui entendiendo eso de a poco y me di cuenta de que disfruto mucho al salirme del lugar esperado. The Pillowman es una obra extraordinaria, pero no es sencilla; te sacude. De aquí en adelante, me gustaría que la gente nunca sepa qué le voy a contar. Quiero quitarle previsibilidad a mi carrera. Eso supone que, a la hora de actuar, lo que haga sea mucho más rico.

Ya en Plata quemada interpretaste un papel diferente al del típico héroe.
Sí, pero en ese momento no lo veía bien. Todavía no tenía tan claro qué tipo de personajes quería interpretar. Ahora lo sé. Son personajes con los que me divierto y sorprendo a los demás. Gracias a eso, la actuación tiene cada vez más sentido para mí. Cuando empecé, creía que bastaba con que el feedback de la gente fuera bueno. Ahora, necesito probarme. Suena paradójico, pero me relaja mucho el riesgo de dejar de ser querido. No tengo que cumplir con nadie, no quiero cumplir. Cuando uno hace una carrera políticamente correcta y ocupa siempre el lugar de un héroe de indiscutida nobleza, termina llevando una carga muy pesada. Además, corrés el riesgo de confundir realidad con ficción y pensar que tenés que ser “el buen tipo” dentro y fuera de la pantalla para conservar el cariño de la gente. Eso es duro. Por mi personalidad, por mi naturaleza, lo intenté y me di cuenta de que era imposible. Cuando caí en la cuenta de que en realidad no tenía obligaciones y podía ser mucho más libre como actor, empecé a ser feliz.

Federico Luppi, con quien trabajaste en Cuestión de principios, también se mueve en ese nivel: puede ser un villano en una película y un tipo íntegro en otra, mantener una coherencia en su vida, tener opiniones fuertes…
Federico es un ejemplo para mí. Lo admiro mucho como actor y como persona. Fue increíble trabajar con él. Tiene una forma de ver las cosas y de expresarse que me subyuga. Y me hace acordar muchísimo a mi papá. ¿Sabés por qué? Hay una película en la que trabaja Federico que se llama El arreglo y que me parece genial. No la voy a olvidar nunca por una cosa en particular. La película es una ficción de época que retrata el momento en que se amplió el tendido de gas natural. Entonces, la gente estaba feliz porque era casi mágico tener gas en una casa. Sin embargo, para que el gas llegara desde la vereda hasta el interior de los domicilios, había que hacer un “arreglo” con un hombre que, en la película, interpretaba Rodolfo Ranni. Federico Luppi hizo el papel de un padre de familia, descendiente de italianos, con principios muy férreos. Él no estaba dispuesto a pagar para que respetaran sus derechos. Entonces, se peleaba con su familia y tenía conflictos por mantener su postura. Así, era el último vecino del barrio en tener gas. Eso pasó con mi viejo cuando llegó el gas natural a mi barrio. Él se mantuvo muy firme en sus principios y fuimos los últimos en tener gas.

Entonces, tu vínculo con Luppi debe haber sido especial.
Tuvimos una relación muy buena. Federico es un gran tipo, un gran actor y, sobre todo, alguien serio e inteligente, con grandes convicciones y mucho sentido del humor. Nos cuidamos uno al otro en el set. Supongo que yo lo cuidaba porque me hace acordar a mi papá. Establecimos una relación magnífica y eso se siente aún hoy, cuando nos vemos para promocionar la película o para conversar. Cuando me encuentro con actores que admiro y quiero, me doy cuenta de que esta profesión me hace feliz.

Las viudas de los jueves es la segunda película que compartís con Leonardo Sbaraglia. ¿Cómo es tu relación con él?
Fantástica. Leo es uno de los grandes actores de su generación, sin duda. Trabajo con gente que admiro y quiero; evito cada vez más a la gente con la que no quiero trabajar. De esa manera, el trabajo se transforma en algo más que un simple hecho comercial. Conocí a Leo cuando hicimos Plata quemada. Entonces, él era un tipo muy diferente del que es ahora. Era mucho más introvertido. Lograba un grado de identificación profundísimo con su personaje. Estaba siempre tan concentrado en su papel que hacía que me replantease mi método de trabajo. Lo veía e inevitablemente me preguntaba si yo sabía actuar. Recuerdo que le decía a Marcelo Piñeyro, el director: “¿Cómo se actúa? ¡Yo no sé actuar!”. Leo es un actor tan rico que en ese momento yo me sentía, digamos, limitado. Después me di cuenta de que no necesito las mismas herramientas que él porque encaro a mis personajes de un modo diferente, menos intenso. Este año, cuando hicimos Las viudas de los jueves, me encontré con un tipo muy distinto. Tiene el mismo talentoso que antes, pero otro carácter. Ahora es padre de una nena. En la película hicimos un buen trabajo juntos y pudimos construir una amistad entre nuestros personajes.

Hace poco, Marcelo Figueras, uno de los guionistas de Las viudas de los jueves, me comentó que hacer tiras diarias en televisión le parece desgastante y que el formato atenta contra la calidad del producto. ¿Qué pensás al respecto? ¿Hoy estás distanciado de ese mundo?
No, estoy evaluando opciones de trabajo. Con respecto a las tiras diarias, tengo una postura diferente de la de Figueras. Como en cualquier proyecto, pueden cometerse errores, pero, cuando la tira tiene una hoja de ruta y una estructura bien claras, se logran buenos resultados. Hay que admitir que es una vorágine, pero no resulta tan difícil trabajar bien en televisión. El verdadero error de la televisión argentina está en el manejo de los tiempos. Si tenés que grabar escenas de un día para el otro porque tienen que salir al aire, no se puede escribir bien, actuar bien ni filmar bien. Se hace lo que se puede y así se termina bastardeando el trabajo de todos. Cuando se labura con tiempos más lógicos, hacer una tira es una buena experiencia. En mi carrera hice dos tiras que fueron bien concebidas, Resistiré y Montecristo. Aparte, no hay que olvidar que las tiras son el gran negocio de la televisión argentina. Las miniseries generan prestigio, pero no dan mucho dinero. Por eso, muchos productores prefieren evitarlas. Las tiras ofrecen un nuevo negocio día tras día y, además, pueden exportarse.

¿Montecristo funcionó bien en el extranjero?
Sí, se vendió a muchos países. Portugal, Rusia, México, Chile… Algunos compraron la versión original; otros, el formato. Ahí tenés otro negocio. En el extranjero, se interesan por la historia, pero quieren que la protagonicen actores locales. En Argentina, tenemos una buena capacidad de producción y creo que se pueden hacer tiras sofisticadas. Telefe lo consiguió con Montecristo y Resistiré. Por lo general, las telenovelas usan un trazo grueso para contar historias. Ésa siempre fue su particularidad porque, de ese modo, atraen al público masivo. A mí me interesa interpretar personajes con los que se pueda hilar un poco más fino; un héroe que esté a punto de caer en el abismo, por ejemplo, o que cae y puede salvarse. Me interesa mostrar que existen las segundas oportunidades, que es posible equivocarse y luego corregir el rumbo. En este momento de mi vida, me interesa mostrar que se puede barajar y dar de nuevo.

Le pusiste la voz al protagonista de Boogie, el aceitoso. ¿Cómo se le da un toque humano a un personaje de cómic?
No se puede. En ese caso, hay que disfrutar de su falta de humanidad y de remordimientos. Boogie es un clásico asesino a sueldo estadounidense, pero con rasgos con de rosarino. Es surrealista. Pienso que, cuando creó a Boogie, el Negro Fontanarrosa quería reflexionar sobre temas que son difíciles si no se los trata con humor: el antisemitismo, el autoritarismo, la violencia, el sometimiento, el machismo. Se trata de un personaje revulsivo y extremo que nos ayuda a vernos a nosotros mismos. No tiene sentimientos. Obtiene lo que quiere y resuelve todo pegándole un balazo en la cabeza a cualquiera, sea un nene de 5 años o una señora de 80. Es entretenido, pero la risa actúa como una catarsis que ayuda a entender de qué modo funciona la violencia. Si tenemos suerte, también nos permite reflexionar sobre lo que podemos hacer para aplacar nuestra propia violencia.

¿Cuál es el papel de Nancy [Dupláa] en la película?
Ella interpreta a Marcia, una chica que se enamora de Boogie. Ya habíamos hecho cosas de Fontanarrosa con Nancy. Hace muchos años hicimos una película, Apasionados. Ahora, volvemos a trabajar juntos y compartimos la experiencia de hacer una película de animación.

Se ve que te gusta trabajar textos de Fontanarrosa.
Soy admirador del Negro desde siempre. Hace unos años, me llamaron para hacer Inodoro Pereyra. El Negro me había dado la venia; quería que yo lo hiciese. Un kamikaze, Fontanarrosa, porque yo realmente no estaba preparado para hacer un personaje de esa magnitud. Lo cierto es que tengo una conexión muy fuerte con él. Me genera empatía, me representa y me gusta contar sus historias. Sus personajes me caen bien, sus creaciones tienen algo muy argentino. Nos ponen frente al espejo, no para que nos quejemos de nosotros mismos y nos clavemos cuchillos sino para que podamos pensar quiénes somos y reírnos un poco. Ése es el punto de vista desde el cual me interesa mirar las cosas, ése es el lugar en que me interesa estar. .Revistag7, sep, 2009

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Еще одна статейка : Статья
Служебные романы)) Ну и Паолу с Пабло туда же.
Уж очень стараются представить их любовниками: фактов нет, будем придумывать((( Людовико от романа с Паолой открестился, значит, если не с ним, то с Пабло)). Слишком хорошо актеры играют, ну не может быть такого без настоящих чувств.))  А  может просто пиарят для поднятия рейтинга. Как-то одновременно, как по команде, все развернулось))

https://data0.gallery.ru/albums/gallery/288806-05716-130481681--u491d8.jpg

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Valentink@ написал(а):

Служебные романы)) Ну и Паолу с Пабло туда же.

:D читала- просто зачитывалась такими "фактами".А главное, как они порой фотки для сканнов с подобной тематикой ловко подбирают)) Их даже не смущает, что фотографии сделаны в разный период их жизни)

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25 июня 2011

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Нанси опровергает слухи.

Son pura basura las pavadas que se dicen
larazon,04/08/2011

La actriz habló de las versiones que vinculaban a su marido, Pablo Echarri, con algunas compañeras del elenco de “El Elegido”. Y aclaró: “Pablo me dice te amo todos los días”.
Primero relacionaron a Pablo Echarri con Paola Krum. Después hicieron lo propio con Mónica Antonópulos. Y la mujer del actor de “El Elegido” rompió el silencio cansada de los rumores amorosos en torno a su marido.
“Son pura basura las pavadas que se dicen. Si estas barbaridades te agarran en un contexto familiar no muy fuerte terminan destruyendo a la pareja”, sentenció la actriz que se mostró molesta y agregó: “Son psicóticos: ellos inventan y después tenés que contestarles a los que crearon la mentira".
En una charla con el diario “Muy”, la morocha de 41 años dejó en claro que tiene una excelente relación con Echarri, con quien contrajo matrimonio en 2007 y comparte dos hijos, a tal punto que “Pablo me dice te amo todos los días”.
Días atrás la compañera de elenco de Echarri y una de las chicas en cuestión, Mónica Antonópulos, también había salido a aclarar los rumores: “Me parece una ridiculez total. Prefiero no hablar del tema para no alimentar el murmullo. Me encuentro muy bien con mi novio desde hace 4 años”.
Dupláa, que próximamente aparecerá “El hombre de tu vida” (la comedia que protagoniza Guillermo Francella), tampoco dejó pasar el escandaloso tema del último tiempo: las fotos y videos prohibidos de los famosos. “Yo borré por las dudas”, bromeó. Y aclaró: “Hablando en serio, estamos indefensos. Me parece que hay que poner freno a estas cosas. Nos tienen que cuidar un poco más”.

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PABLO ECHARRI Y EL LLAMADO INESPERADO
17/08/2011, polinodeangostur
http://4.bp.blogspot.com/-sLICX8WySwc/TkumiqYIB6I/AAAAAAAAY3Y/G45OBCECr9M/s1600/aaaaaaa.jpg

Fue este último domingo luego de la finalización de las elecciones primarias y el conocimiento de los primeros cómputos oficiales. Pasadas las 23 y 30 hs sonó el teléfono en la casa de Colegiales de la familia Echarri-Duplaa, del otro lado del tubo nada menos que la Presidenta de la Nación.Hubo una charla distendida y la invitación para que en esta semana puedan asistir a una cena en la quinta de Olivos. Nancy, en pleno preparativo de la cena, no lo podía creer y Pablo demostró su emoción con cálidas palabras felicitando a la Presidenta por el resultado promisorio de las primarias.

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evistawatt.com.ar, 2011-03-22
Nuestro Elegido

Es uno de los hombres más codiciados y lo acepta. Pero además de seguir usando el traje de galán, se viste de abogado y productor. Qué sucede cuando la presión, los sueños y la euforia forman parte de su día a día.
TXT. Antonella Orlando / PH. Mariano Michkin

“Todo lo que hice hasta ahora siento que fue como un mandato. No puedo evitar hacerlo, me encuentra a mí.”

“La gente sabe cosas que me pasaron en mi vida, concretas y fuertes. Si no me hubieran pasado y quiero contar algo oscuro, me mandan al muere y dicen `No nene. Sólo sos un galán´”

“Agradezco al público que nos sigue. Y no me provoco momentos de mierda. El minuto a minuto es el veneno mortal. Con Montecristo me acostaba a las 4 de la mañana.”

Reconocido por su trayectoria en televisión, cine y teatro, Pablo Echarri decidió subir la apuesta. Creó junto a Martín Seefeld la productora El Árbol, encargada de llevar adelante El Elegido. El actor está detrás y delante de cámara, e interpreta a Andrés Bilbao, un abogado proveniente de una familia trabajadora que hace todo lo posible para escalonar posiciones. Sin embargo, se encuentra con Mariana Estévez (Paola Krum) y descubrirá su misión verdadera.

Los pasillos de Telefé se van vaciando. Para Pablo la rutina sigue. Pide un café y un yogurt. Las horas de grabación pesan en su cuerpo, pero prende un cigarrillo imparcial y está listo para charlar. Nada de formalismos. El barrio le sale por los poros y conecta su pasado con su presente. Remarca el valor de la familia y la convicción. Se disculpa por no poder sonreír en las fotos. Aunque, cuando la cámara cesa su movimiento, Pablo ríe abiertamente y muestra la sonrisa y el carisma con los que supo cautivar.

¿Cómo surgió la idea de El Elegido y cómo es tu primera experiencia como productor?
El Elegido llegó hace 3 años en un mail de Adriana Lorenzón (guionista), con quien habíamos compartido Montecristo. Pero estaba abocado a otras cosas. Luego de un viaje a España abrí el mail y encontré lo que tenía que contar. No solamente por la calidad de historia, sino también por el trayecto del héroe. Supe para lo que puedo ser útil hoy. Teníamos ganas de comenzar un camino propio. Mucha fe de por medio. Y mi amigo, Martín Seefeld, se encargó de la gestión generando un efecto multiplicador. Uno planta una semilla…me quedé pensando en El Árbol (le da una pitada al cigarrillo). Se hace un producto y la gente se apasiona.

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Elegir un camino propio también implica miedos o inseguridades. ¿Cómo vivís eso?
Fueron el motor principal para mí. Me pasó con la actuación. Vendía ropa y pensaba que iba a seguir con eso. Tenía 20 años y no había descubierto una vocación. Pero siento que todo lo que hice hasta ahora fue como un mandato. No puedo evitar hacerlo, me encuentra a mí. Y esos miedos se van acallando. Este acto de fe tiene una alta dosis de inconciencia, necesaria para iniciar un camino nuevo que puede salir bien o mal. Enfrento las dificultades. Producir podía ser un problema. Dejar un lugar más fácil porque creía que hacer un personaje era mucho. Hoy estoy más exigido y descubrí que soy bastante obsesivo…

La obsesión es tanto un atributo positivo como negativo… ¿juega para los dos lados?
Me tira para los dos lados, pero esa misma obsesión que me condena es la que me posibilita llevar adelante esto.

¿Te permite delegar?
Soy sólo un eslabón. Hay cosas de las que no me ocupo, porque tengo gente en quien confío. No lo sé todo. Tengo enormes límites. Pero también se que conozco mucho de algunas cosas. Y me rodeo naturalmente de buenas personas.

¿Y por qué es así?
Hago todo para que los que necesito y deseo que estén conmigo, vengan. Y que no vengan otros; esos son fáciles de ver.
Andrés nació en un contexto familiar parecido al tuyo, pero se convirtió en soberbio. ¿Cómo es interpretarlo?
Es el mayor placer. Siempre agradecí por mi familia. Un contexto de clase media-baja de zona sur, con dificultades. En esos momentos era inconformista y rebelde. Y poder haberme dado cuenta que el amor que recibí me ayudó, me dio la posibilidad de hacer un paralelismo con lo contrario. Fue un tema que siempre pensé…en una misma cuadra hay distintas historias, por falta de amor u otras carencias. Como actor, era algo muy jugoso con lo cual laburar. Y es lo necesario para ver cómo de un papá diariero y una mamá ama de casa, sin un acercamiento artístico y no tener una idea de qué quería hacer, encontrar mi destino y evolucionar. Hoy puedo crecer porque me siento capaz.

El Elegido trata los 7 pecados capitales. En tu vida real, ¿a cuál le tenés miedo u odiás?
Soy un poco el cúmulo de todos ellos ¡qué te puedo decir! Y la soberbia, el pecado de Andrés, es la madre de todos.

¿Y cómo hacés para eludirla?
He sido soberbio y lo pagué como si fuera un castigo divino. También se que eso me dio un motor para ir hacia delante, pero tratando de no anularme. Y la soberbia se va callando.

El Elegido demanda mucha atención del espectador, mirar cada detalle. ¿Por qué hacer una tira diaria y no un unitario?
Era la condición sinequanon: hacer una tira para sentarse a verla. En Resistiré y Montecristo descubrí que la gente se sentía atraída por la tensión, calidad técnica. Es lo que necesito para involucrarme. Me pone feliz que elijan ese momento del día. De la posibilidad a personas, que generalmente no ven una tira, de poder hacerlo. Es fantástico meterte en una hora diaria de ilusión y comentarla al otro día. Con el unitario no se hace eso. Y la tira te acerca a un esquema más popular.
¿Qué es lo más difícil a la hora de interpretar a Andrés?
Poder partirme en el doble rol. Fui incorporando a Andrés durante 3 años, entonces hay algo que yo se de él…

…que está ahí latente…
Sí. Entendí que la gente espera ver algo determinado de mí y procuro no estar lejos de eso. Lo popular y la inmediatez también tienen que ver con que reconozcan el bagaje que ya tengo. Y no hablo del personaje. La gente sabe cosas que me pasaron en mi vida, concretas y fuertes. Si no me hubieran pasado y quiero contar algo oscuro, me mandan al muere y dicen “No nene. Sólo sos un galán”…

…y eso también está relacionado con lo popular…
Sí, con el “acá” (se aprieta la panza). Y lo que pasé hace casi 8 años, lo utilicé para bien. Con el galán nunca estuve peleado, pero busco otra cosa. A mis 41 años ya no escapo a mi destino. Me encantaría producir cine. Y me gustaría tener la soltura para elegir. Uno puede esperar que suene el teléfono. Lo he hecho, pero ya no puedo esperar más.

¿Qué creés que le falta a la tele de hoy?
La Ley de Medios abrirá el juego. Habrá que ver la experiencia. Falta más debate político, saber qué piensa la gente y más ficciones unitarias.

¿Cómo es tu dinámica familiar con la vorágine de la tira nueva?
Nancy se ocupa mucho y me da la posibilidad de hacer esto. Imaginate, primer proyecto personal. Atención y tensión. Uno dispara y precisa contención. También lo estoy haciendo por mi familia; es un superobjetivo. Y hay una realidad: tengo poco tiempo y llego cansado. Hoy fui a la isla de edición y me tengo que ir a musicalización para escuchar un tema que sale mañana…

Estás muy metido entonces…
La decisión artística la tengo yo. A veces no me consultan y lo agradezco, porque tengo mucho kilombo en la cabeza y no soy ordenado. Y a casa llego tarde, el bebé muerto de cansancio y con los pelos parados, pero me tira los brazos y lo hago caminar un rato. Mi casa es un bálsamo y me tranquiliza estar con mis hijos, porque al toque está la novela.

¿La mirás todas las noches?
Sí. La quiero ver y tengo que hacerlo. Otros trabajos míos no los he visto. Ahora es distinto. Y llega un momento en que decís “Basta, se van todos a la…” ¿Se entiende no? (risas). Pero el canal está muy contento. Tenemos un rating muy bueno…
¿Te importa más el rating ahora?
Soy un poco más objetivo. Me encantaría tener 40 puntos, pero el rating te presiona e intranquiliza. Hoy estamos contentos, pero si mañana tenemos un punto menos, pasado otro…volvé y hablamos sólo de eso (risas). Agradezco al público. Y no me provoco momentos de mierda. El minuto a minuto es el veneno mortal. Con Montecristo me acostaba a las 4 de la mañana…

Con Nancy apoyan abiertamente al gobierno. ¿Te molestan las críticas?
Nuestro pensamiento tiene que ver con la búsqueda de un país mejor. Reconociendo errores desde ya. Tenemos hijos y lo que pasó con mi viejo nos dio una visión cruda de la realidad. Podría haber pensando en ajustar cuentas. Sabíamos que íbamos a dividir el cariño de la gente. Tratamos de ser respetuosos. Antes quería que me quisieran todos….cuando era chico me sentía Roberto Carlos ¡ni te digo! (risas). Mi canción favorita era Yo quiero tener un millón de amigos (risas). ¡Era imposible! Agradezco las diferencias; me acercan más a los que piensan como yo.

“Yo quiero tener un millón de mujeres" ¿Fuiste un galán soberbio?
Sí, obviamente. Y aclaro: ¡ahora no quiero tener un millón de mujeres! (Risas)

¿Te seguís creyendo el título de galán?
Obvio. Soy un galán y no tengo dudas. Pero dejé de ser ese seductor compulsivo que me puso contra la pared muchas veces. Y necesito verme bien físicamente, si pueden favorecerme con un plano.

¿Eras el galán del barrio?
Sí. Pelo largo, bronceado. Un langa total. Pero siempre fui fino… ¡aunque por donde nací se decía cada cosa! (risas). Afiné el discurso y fue mi talento. Aunque era bastante vergonzoso, me daba pánico el ridículo y ahí era botón conmigo mismo y me decía “¡Pará tarado! ¡Adónde te pensás que vas!”. Pero pude capitalizar ese don que parecía bastante estúpido. Y nunca hay que olvidarse que, digan lo que digan, cualquier hombre quiere gustar a la mujer.

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Pablo Echarri se va a Cannes
Infobae, May, 2006
http://s5.uploads.ru/oVsS3.jpg

Participará de la presentación de Crónicas de una fuga en el Festival. Los directivos de Telefe le dieron la autorización y viajará rumbo a Francia junto a Nancy Duplaa, Rodrigo de la Serna y Adrián Caetano

El actor de Montecristo se va para participar de la presentación de Crónicas de una fuga en el Festival de Cannes. El encuentro se desarrolla desde el 25 de mayo al 28 en Francia y tienen toda la esperanza de obtener alguna mención del film que hasta ahora es un éxito

Por tal motivo, le pidió autorización a los directivos de Telefe para emprender el viaje y le dieron el visto bueno.

Uno de los motivos por el cual le concedieron el permiso es por que a la tira que encabeza le está yendo muy bien y está ganando en el horario central de las 22.

Una vez que le dijeron que podía ir, Pablo Echarri se lo comentó a Rodrigo de la Serna y Adrián Caetano, director del film, y sacaron los pasajes. Todos ellos emprenderán el viaje rumbo al viejo continente e intentarán colocar a la película en las salas europeas.

Por el lado del actor se supo que no cabe en si de felicidad, ya que los tres productos que presentó este año van viento en popa. El método, en una coproducción con España; Crónicas de una fuga, nacional; y Montecristo están rindiendo más de lo esperado.

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Pablo Echarri: "Quiero un casamiento con todo"
caras, May, 2006

Lo dice y lo vuelve a decir. Si hay algo que no aceptaría jamás es quedar atrapado en las certezas que él mismo edificó. Pablo Echarri (36) no reniega de los títulos conquistados ni pretende olvidar los valores heredados. Sin embargo, tampoco está dispuesto a permitir que se conviertan en su propia cárcel. La educación que le dieron sus padres, su carrera artística, el concepto de familia que desde chico le transmitieron, su imagen de galán, son logros y valores que aprendió a tomar como punto de partida para diseñar un mundo a su medida. Entonces, no reniega de ellos. Pero, si es necesario, los desafía. Como hoy desafía esa imagen de "macho" que consiguió con la complicidad del público, al mostrar su costado más humano.

Reconoce sus inseguridades como padre, y admite estar lleno de miedos. Dice que, aunque el ego todavía lo "torea", la vida en familia le enseñó a correr la mirada de su ombligo. Dice también que no dudaría en romper su pareja si creyera que el amor se terminó y, sin ningún pudor, se atreve a confesar el entusiasmo, tan poco habitual en un varón, que le provocan los preparativos de la boda que en poco tiempo lo unirá a su mujer desde hace cuatro años, Nancy Duplaá (36). "Porque no quiero sólo un civil que pase desapercibido -aclara-. Quiero una gran fiesta con video, fotos, anillos y libreta. Quiero todo".

Revisa su imagen, cuestiona sus logros. No obstante, sabe que su historia le da permiso para hacerlo. Doce años de trabajo como actor, una nueva película -la número 11- que estrenará en estos días, "Crónica de una fuga", y su inminente regreso a la televisión como protagonista de "Montecristo" -una adaptación de la novela "El conde de Montecristo", de Alejandro Dumas-, fortalecen aun más su posición. "Cuando empezamos a trabajar en esta historia de amor, traición y venganza todos sabíamos en qué nos metíamos. Eramos conscientes de que íbamos a trabajar con un clásico y que teníamos que hacerlo con mucho respeto. Y así lo hicimos. Ahora espero que a la gente le guste", dice.

-¿Fue difícil llevar un clásico a la televisión?
-Por lo pronto, pensá que se trata de un libro de más de mil páginas que tiene que ser llevado a doscientos y pico de capítulos. Pero también es verdad que cuando salió la novela era el folletín de la época: se entregaba por capítulos y te dejaba enganchado para que leyeras el siguiente. Era muy similar a lo que es la telenovela en estos tiempos. Lo que sí hubo que hacer fue recorrer un trayecto creativo que llevó su tiempo. Había que encontrar el lugar desde donde contar la historia y descubrir el cauce justo donde se pudiera desplegar esta narración en mil colores. Hubo que encontrar caminos alternativos. El problema fue grabar un clásico. De habernos metido con una historia simple la hubiéramos grabado simple, y nos hubiéramos puesto de acuerdo rápidamente. Así y todo la novela está lista desde hace un mes. El canal decidió retenerla hasta que llegara el momento adecuado. Y estuvo bien. No podíamos traicionar a la gente.

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A los 36 años, vuelve a la televisión como protagonista de "Montecristo", la telenovela por la que tuvo que viajar a Marruecos. Allí grabó algunas de las escenas principales

Para grabar algunas escenas de la tira, que desde la semana próxima se verá por Telefe, Echarri viajó a Marruecos. "La gente habla mucho de lo peligrosa que es Marrakesh, pero la verdad es que me sentí mucho más seguro que en ciertos momentos acá, en la Argentina. Convengamos que ellos están muy vigilados, por decirlo de algún modo. Pero la sensación que tuve no fue de inseguridad. En todo caso, con el correr de los días, empecé a sentir una energía abrumadora -cuenta-. Pasar quince días en Marrakesh es mucho. Lo bueno es que cuando se está algún tiempo en un lugar percibís la idiosincrasia, la vida cotidiana de la gente. Pero también es denso. Pensá que allí el comercio es la primera salida laboral, entonces, la gente tiene una manera muy particular de abordarte. Llega un momento en que te venden todo, nada tiene un valor preciso, y lo que en un principio te parecía pintoresco termina tornándose muy denso. A los dos días de llegar comprás una jarrita porque te parece divina, pero al quinto día la mirás, y pensás: '¿Y esto voy a llevar?'.

-Con "Montecristo" vuelve al rol de galán. ¿Temía perderlo?
-No, porque tampoco quise dejarlo. Hice "El método" y ahora estreno "Crónica de una fuga", de Adrián Caetano, dos trabajos en los que no hago de galán. Pero no porque lo evite. Lo que entendí es que el galán me da la posibilidad de hacer otras cosas también, y disfruto eso. Por ejemplo, el galán me pemite ahora hacer este héroe en ?Montecristo?. No reniego del papel de galán.

-Galán. Héroe. ¿Con cuál de esos roles se identifica más?
-A esta altura soy más vecino que otra cosa. Es decir, me siento como el vecino de al lado. Al menos así me siento. O eso es lo que trato de ser, porque por más que quiera en mi barrio no soy uno más. Pero me gusta tener ese aspecto en mi vida íntima. A esta altura ya no soy tan esquizofrénico como para buscar tranquililidad donde no puedo lograrla. Y lo acepto como algo elegido por mí. Es parte de mi trabajo. Pero esa intención de ser vecino me permite estar bajo las luces sin perder la cabeza. Siempre entendí que todo lo que logré lo había generado a partir de la televisión, no a partir de mí mismo. Nunca creí ser algo especial. Hoy, si hay algo que mi familia y yo queremos es llevar una vida cada vez más normal.

-A una persona que pretende vivir y pensar la vida como un vecino, ¿le resultó difícil aceptar una familia poco tradicional como la suya? Usted vive con el hijo de la primera relación que tuvo su mujer y es común verlo saludar a Matías Martin y a su pareja, Natalia Graciano, en la puerta de su casa.
-No fue complicado. Es la realidad que se me presentó y la acepté como parte de mi elección. La madre de Luca tiene buena relación con el papá de la criatura y yo también, así que cuando viene a casa lo recibo. Pero llegar a eso no me significó un gran esfuerzo. Pasa naturalmente cuando los padres de un chico quieren lo mejor para él. Eso hace que yo también ocupe el lugar que tengo que ocupar. Finalmente, uno se amolda a lo que te toca vivir. Digo: quiero estar cada vez mejor, trabarme cada vez menos con mis cosas negativas y que mis estupideces no jodan a los demás. Entonces uno se olvida de todo y actúa para favorecer el crecimiento del chico. Todo se vuelve simple. Y como me educaron bastante bien, con amor, no me resulta difícil darle a un chico el mejor amor posible propiciando que todo sea lo más normal y amoroso posible. No hay mucha estrategia para llegar a ese punto.

-Pero usted seguramente se imaginaba con una familia tradicional.
-Es que ésas son las cosas que aprendés de chico. Por ahí creés que hay cierta estructura que se va a mantener a través del tiempo y después te das cuenta de que esas creencias que se generaron alrededor tuyo te dejan anclado en una forma de pensamiento que te encarcela y no te permite ser feliz. Hay cosas que uno aprendió de chico, y cuando se es adulto uno se da cuenta de que ya no le sirven. Esto de creer que una familia tiene que estar hecha de una determinada forma y que no hay otra posibilidad no es cierto. Yo me di cuenta. Y si bien en un primer momento pude haber creído que esa manera no era la más convencional, me acomodé a la situación. Sabía que quería estar con Nancy y eso implicaba determinados esfuerzos como, por ejemplo, tirar por la borda ciertos prejuicios.

Hace cuatro años que está en pareja con Nancy Duplaá, la mujer con quien se casará en poco tiempo. Sin pudor, confiesa su entusiasmo por convertirse en un hombre casado. Para él el matrimonio es la manera de corroborar una elección que ya hizo hace tiempo.

-¿Prejuicios?
-Bueno, no sé si llamarlos prejuicios. Pero creía que la concepción de la familia era una. Después, abrí mi cabeza a otras posibilidades. Terminé siendo menos intransigente. Y cuánto mejor es así, cuando te das cuenta de que la manera que vos elegiste para vivir no necesariamente es la misma que la que te inculcaron. Porque al final uno termina aceptando cosas que pensaba que nunca aceptaría. Y eso es bueno. Insistir en que algo entre en un molde que no le corresponde, en un molde equivocado, es el camino más directo a la destrucción ¿Cuánto puede durar? Cuanto más rápido uno entiende que no hay nada mejor que hacer lo que uno quiere y ser consecuente con uno mismo, sufrís menos. Y bueno, en algunas cosas habré tardado más en darme cuenta y en otras, menos. Pero la verdad es que la familia que tengo es lo que quiero. Hace rato que no busco tener una familia convencional.

-¿Cree que los vínculos se legitiman en el afecto?
-Si bien los vínculos de sangre te tiran un poco más, lo que realmente te une a otras persona es el afecto, sin rótulos. Y cada vez lo compruebo más. Porque en el vínculo de sangre hay algo que viene dado, sí. Pero sobre eso hay que construir. Los vínculos se hacen todos los días. En ese sentido, pienso que el amor es salvador. Salva distancias, salva diferencias. Para mí es definitivo: la gente que vive con amor, vive. La otra, hace lo que puede.

-Usted dice que no podría vivir una relación sin amor. Ahora que tiene una hija, ¿no sería capaz de quedarse con su mujer, aun sin estar enamorado, por el bien de Morena?
-No, no podría. A mí las cosas así nunca me duraron. Cuando eso sucede o me alejo o se alejan. Y lo que es mejor, mi mujer tampoco lo sostendría. Creo que ella decidiría terminar antes que yo. Nancy es una mina que a través del tiempo demostró que no puede sostener una relación sin amor. Si hay algo que ella demostró, con hechos, es que va detrás del amor.

-Se imaginaba con una familia tradicional. ¿También soñaba con casarse? No es habitual que los varones imaginen esas cosas.
-Creo que los hombres piensan en el casamiento más de lo que dicen. Después, hay que ver a qué le llama casamiento cada uno, ¿no?

-¿Cómo?
-El género masculino muchas veces le dice casamiento a la fiesta, pero después cada uno hace su historia por su lado. La mayoría de las veces el hombre se queda en el cliché. Piensa en el fotógrafo, en la fiesta. Pero lo hace porque culturalmente le enseñaron eso: que casarse es elegir una mujer y llevarla a su lado a través del tiempo. Sin embargo, no significa que esa relación sea genuina. Para mí el casamiento tiene que ver con otra cosa, con una concepción más profunda del vínculo. Aunque también me agrade la fiesta.

-¿Quiere decir que está pensando en el video y en el catering de la boda?
-Es que no quiero un civil que pase desapercibido. Quiero que esa noche tenga el valor de un gran paso. Quiero el video, las fotos, el baile, todo. No voy a festejar como si hubiera pasado de año. Pasar de año, lo viví muchas veces. Pero cuando uno se casa, al menos tiene la sensación de que es para toda la vida. Nunca me había pasado. Jamás había pensado: después de tanto andar es acá donde me quiero quedar. Y hoy siento eso: de acá no me quiero mover más.

-Y si está tan seguro, ¿para qué quiere casarse?
-El casamiento es una certeza, una señal. Ese video que te queda de recuerdo es la certeza de que uno ha construido un vínculo, un compromiso. Y de que tiene que trabajar por él. A veces los seres humanos necesitamos pruebas externas de las cosas que suceden en el mundo interno. Y un casamiento, un anillo, un video, una libreta te lo dan. Eso es lo que estamos buscando con mi mujer. La elección, que es lo más difícil, ya está hecha. Además, nosotros nos criamos pensando que el matrimonio tiene su peso. Yo quiero darle a mi familia un marco legal para que mi mujer, mi hija y el hijo de mi mujer sientan que esto que tienen es una familia. Porque si la familia es una institución con casamiento es más institución aun. Hay un montón de acuerdos que ayudan a no olvidar los compromisos. Yo veo a mis viejos que están casados y están juntos, veo las fotos de su casamiento, la libreta. Y quiero que mi hija pueda ver la mía. Es bueno que la libertad no siempre sea romper con todo. A veces uno es libre para elegir el camino más previsible, el tradicional. Lo importante es que sea genuino, que sea elegido de verdad. Lo que uno necesita es hacer su vida sobre sus propias elecciones.

Aun sin la barba que caracteriza a su personaje, Pablo Echarri posó para las fotos en los rincones de Marrakesh. Al volver contó cómo pudo adaptar su sueño de tener una familia tradicional al nuevo modelo que le presentó su mujer quien llegó a su vida con un hijo de su anterior pareja.

-Más allá de la necesidad de darle un marco legal a su familia, ¿qué otras cosas busca darle a su hija? ¿Cómo es como papá?
-Y... le voy encontrando la vuelta. Seguro que soy muy diferente al padre del arranque. Hay cosas que no las hago de la misma manera que hace tres años. Aprendí.

-¿Qué?
-Todo lo que tiene que ver con los límites, con esa sensación de que si bajo una línea me siento culpable. Me refiero a que trato de no hacer más eso de poner un límite para querer darlo vuelta al instante. Eso es ir entendiendo lo que es ser padre. No quiero que mi hija sea una amiga, pero tampoco quiero que sienta que su padre es el que siempre le dice no. Entonces voy buscando un equilibrio, trato de ir por el medio. Mi viejo era quien me marcaba todo lo que sí y todo lo que no. Pero ahora, por suerte, los roles de la mamá y el papá están más equiparados. No tengo malos recuerdos de mi viejo pero no quiero ser el que baja la línea todo el tiempo. Quiero hacer otras cosas también. Quiero que mi hija me pida que la deje a tres cuadras del boliche como cualquier chico. Pero también quiero que me venga a buscar porque confía en mí y no porque le dije que tiene que confiar.

-¿Le sale fácil eso de ser padre?
-No. No soy certero. Tal vez tengo una necesidad de control mayor de lo conveniente. Por eso dentro de mi terapia voy viendo las cosas que puedo ir puliendo. Pero también tengo muchos miedos como padre, y eso me hace actuar en consecuencia.

-¿Qué miedos tiene?
-Todos.

-¿Todos?
-Ser padre da miedo. Y de eso no se vuelve más. No creo que vuelva a dormir nunca como lo hacía antes de que naciera Morena. Y eso no significa que alguna vez no me duerma como un tronco. Pero es distinto. Hay una atención puesta en Morena y en Luca que hace que nunca nada vuelva a ser igual. Nada. Y eso lo acepto, pero también me da miedo. Y, a la vez, me pone contento porque veo que cada vez voy cediendo más terreno propio para ponerlo sobre los hijos. Y eso es bueno para mí.
-¿No le cuesta hacer esas concesiones?
-Soy un tipo que siempre se ocupó mucho de sí mismo. Mi carrera me llevó a eso. Tenía que mirarme todo el tiempo, porque era mi propia empresa. Y ahora, poder donar esa importancia me hace bien. Aprendí a mirar al otro. Pensá que yo soy actor, galán, protagonista de novela. ¡Sólo me faltaba ser hijo único para ser un monstruo! Y por suerte pude aprender a disfrutar de la sensación de no tener que ser todo el tiempo el centro de atracción. El ego me toreó, me sigue toreando. Pero la familia me obliga a correr el enfoque. Quiero cuidar a mi familia. Me ocupo de cuidarlos porque sé que ellos me cuidan a mí.

-¿Qué estampa de su vida junto a Morena lo emociona?
-Me gusta verla a la mañana, cuando recién se levanta y se viste para ir al jardín. ¡La veo tan contenta! Y me doy cuenta de que ya es una personita, que tiene sus propios gustos. De esa hora de la mañana lo que rescato es su carita de dormida, toda peinadita y perfumada. Y con ese buen humor. Se ríe. Se despide de mí y se va. También me hace sentir orgulloso que no haya necesitado hacer demasiada adaptación. Me gusta ver que se puede insertar en este mundo con facilidad y que no va a ser alguien a quien haya que cuidar extremadamente. Morena no se va a morfar así no más cuaquier cosa. Necesita de nosotros pero también es muy independiente. Y eso me encanta. No quiero una hija que sienta que sin sus padres se muere. Quiero darle herramientas para que pueda ir sola por el mundo. Creo que ésa es la mejor manera de lograr que siempre quiera estar con nosotros. Con nosotros, pero por elección. Para mí ésa es la única manera de llevar la vida.

-¿En qué instancias está la organización de su casamiento?
-Lo estamos organizando. Nancy que no tiene tantas obligaciones le dedica más tiempo. Es la primera vez que estamos buscando precios y esas cosas. Vamos a hacer una linda fiesta. Iglesia, no creo. No va a ser una megafiesta pero tampoco será la que hubiera hecho si yo hubiera seguido vendiendo ropa en Dominico. Una fiesta contundente. Una fiesta que diga: '¡Nos casamos, carajo!'. Eso es lo que quiero: que quede bien claro.

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La novela que lanzó a la fama a todos los famosos
infobae, Aug, 2006

Pablo Echarri, Paola Krum, Viviana Saccone, Carina Zampini y Mariano Martínez fueron sólo algunos ejemplos de los actores que demostrar talento y carisma en Por siempre mujercitas, la telenovela que les cambió la vida. Luego de su paso por Canal 9, las oportunidades laborales jamás se detuvieron y el reconocimiento por parte del público cada vez fue mayorPor siempre mujercitas, la telenovela que se emite de lunes a viernes, a las 13.30, por la pantalla de Canal 9 sin dudas ha sido un punto de encuentro en el cual coincidieron talentosos actores que supieron demostrar sus dotes y lucirse, aceptando luego nuevos proyectos que los consagraron por completo.

Después de formar parte del elenco de Por siempre mujercitas, al galán Pablo Echarri le dieron su primera gran oportunidad en Mía Solo Mía, con la primera actriz Andrea Del Boca, y a partir de allí, la fortuna estuvo de su lado ya que no sólo continúo una carrera fantástica en la pantalla chica sino que demostró sus capacidades como actor en cine.

Gracias a Por siempre mujercitas, Carina Zampini realizó el personaje más recordado de toda su carrera: la doctora Carla Lucero, una de las malas que el público más odió. "Días pasados estaba en la puerta de mi casa. Paró un auto con dos chicos y el conductor me preguntó: '¿Vos sos la que trabaja en la tele?'. Le contesté que si. ¡Sos una desgraciada. Mi mamá te va a matar!', me gritó", comentaba la actriz durante una entrevista realizada en la década del noventa. Su interpretación de Carla Lucero le valió a Carina ganar un premio Martin Fierro como "Mejor Actriz de Reparto".

El caso de Mariano Martínez también fue para destacar ya que luego de su paso por Canal 9, al actor lo llamaron de la productora Pol-Ka, donde realizó éxitos como Gasoleros, Campeones y Son amores, entre otros.

A las actuales estrellas femeninas de Montecristo, la vida también les cambió para siempre luego de Mujercitas. Paola Krum emigró a Telefe y protagonizó El arcángel, una miniserie policial con Gabriel Corrado que además de proyectarse en Argentina se emitió en buena parte de Europa. Ese mismo año fue parte de El Rafa, donde tenía escenas muy jugadas con Arturo Puig y Gastón Pauls, padre e hijo en la ficción.

Luego de Por siempre mujercitas, a Viviana Saccone la llamaron de Canal 13, donde obtuvo su primer protagónico junto a Gabriel Corrado en Hombre de mar e inmediatamente llegaron éxitos como Los buscas de siempre, ficción estelarizada por Pablo Echarri y Nancy Dupláa, y Franco Buenaventura, el profe con Osvaldo Laport y Celeste Cid.

Esta conmovedora ficción relata la lucha de Gabriela Morales (Virginia Lago), una madre psicóloga, y sus cuatro hijas: una médica, Paula (Viviana Saccone); una periodista, Alejandra (Paola Krum); una futura abogada, Gimena (Magali Moro) y; una adolescente que quiere convertirse en modelo, Mariana (Valeria Britos), quienes debieron enfrentar la trágica muerte de su padre Marcelo (Antonio Grimau).

Por siempre mujercitas se emite de lunes a viernes, de 13.30 a 14.30. Sin dudas, una nueva oportunidad para soñar y emocionarse...

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Cumplió Echarri: esta vez sí salió a saludar
Sep 24, 2007

Pablo Echarri cumplió 38 primaveras. Justo el día en que llegó la estación del amor, el ex Montecristo inició un festejo que se prolongó el fin de semana. En familia y con algunos amigos (nada de cumpleaños multitudinario) el galán preferido por las argentinas tuvo su celebración de casi cuatro décadas. Eso sí: pasada la una de la mañana, salió a saludar a la calle, tal como los paparazzi y algunas fanáticas solicitaban desde hacía varias horas.

La espera valió la pena, porque el esposo de Nancy Dupláa tuvo el buen gesto de entregar una bandejita con bocaditos y gaseosas para mitigar la jornada de los que aguardaban desde temprano. El actor hizo su fugaz aparición con su barba crecida y un look bien de entrecasa. Entre los invitados estuvieron sus padres, quienes se encargaron de llevar la torta de chocolate al cumpleañero y su cuñado Quique Dupláa, bien custodiado por su novia Pía, notera de espectáculos de América 24.

También dijo presente el actor Esteban Prol, amigo de la familia desde hace años, con su elegante esposa. La reunión terminó bien tarde pero los concurrentes hicieron silencio stampa a la hora de contar cómo fue la velada en el hogar de los Echarri.

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Pablo Echarri: "Descubrí la diferencia entre actuar y cumplir una función"
Dec 2, 2007

En el camión tengo 50 estampitas de Resistiré, ya le dije a Pablito: me las firmás y te quedás con el 15 por ciento...

-¿Y qué te dijo? ¿Te las va a firmar?

-Obvio que me las va a firmar, si el pibe es re gauchito...

Aburrido de ver la misma escena repetirse por vigésima vez, un técnico bromea con una maquilladora en la plaza de Barracas donde se lleva a cabo la grabación de Reparaciones, el especial de ficción de la Fundación Huésped que Canal 13 emitirá (el viernes 7, a las 21.30) por el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. El hombre tararea la cortina musical de Resistiré como si la tira -que se emitió hace ya cuatro años- todavía estuviera al aire. "¿Quién cantaba el tema?", pregunta ella, pero la charla se interrumpe cuando Erica Rivas -coprotagonista del envío- le hace un gesto para que se acerque a retocarle el maquillaje.

Echarri acaba de llegar y el barrio, que hasta hace unos segundos dormía una siesta digna de un pueblo del interior, se despertó sobresaltado. Los chicos que empiezan a salir de la escuela encaran en malón directo hacia la plaza, que en unos minutos requiere la presencia de siete policías y cercado con cinta de prevención. El galán, relajado, se saca fotos con las vecinas, habla con los borrachos que duermen en los bancos, firma autógrafos y jamás pierde la sonrisa. Cuando, en determinado momento, un productor le pide que esquive a la multitud para acelerar la grabación, explica edu cadísimo y contundente: "Si no querés que me demore con la gente, te tenés que ocupar vos de sacarla, yo no voy a negarle a nadie una foto o un autógrafo, ¿me entendés?". Un verdadero divo.

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Aunque es el último día de grabación, la escena es la que da comienzo a la historia, escrita por la exitosa dupla autoral de Gustavo Belatti y Mario Segade (ver La vuelta...). Erica Rivas es Mariela, una chica portadora de HIV, y Echarri es Octavio, un vecino del barrio que queda flechado con ella en el instante en que la ve (ver Romance...).

"Es la primera vez que trabajamos juntos -cuenta Echarri después de la grabación-, fue muy bueno que Erica aceptara, y de alguna forma me hizo decidir, porque poder contar este cuentito valía la pena si estaba lo más atado posible, con un buen guión, un buen elenco... Es la única manera de que las cosas lleguen un poco más lejos".

Ninguno de los dos hizo televisión con continuidad este año, ¿qué los decidió a aceptar esta propuesta?

Echarri: A mí me llegó a través de Mario (Segade) y Gustavo (Belatti), con quienes tengo un contacto muy directo después de la experiencia de Resistiré. Leí el libro y me pareció que era muy lindo, y me dio ganas de hacerlo, después de un tiempo largo sin hacer tele... Yo hubiera preferido trabajar un poco más este año, pero bueno, pude aguantar a que realmente saliera algo interesante para hacer, más allá de que es a beneficio. Con Montecristo descubrí la diferencia entre lo que es actuar, livianamente, y lo que es cumplir una función, ocupando un lugar como instrumento para reflexionar sobre ciertos temas. Aquello fue muy fuerte, con los desaparecidos, y esto, con el sida, también lo es.

Erica, a vos te pasó algo parecido este año con "Televisión por la identidad".

Rivas: Sí, fue muy interesante la repercusión que tuvo el ciclo en la gente, después de cada capítulo hubo como 40 o 50 llamados por día a la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, de chicos con dudas sobre su identidad que querían hacerse el análisis de ADN.

Echarri: Cada vez queda más claro el poder que tiene la ficción para concientizar. Cuando vienen con el dedo, a tratar de adoctrinar, la gente se escapa, en cambio la ficción puede entrar desde otro lugar. Hoy por hoy, es la única manera de instalar un tema.

Rivas: Es que el problema con el sida, en este momento, es que ya no alcanza con poner un cartel bien grande que te explique lo que hay que hacer para prevenirlo, no se trata de decir "tenés que usar preservativo". Es una enfermedad que toca tantos resortes internos, psicológicos, y que tiene tanto que ver con los prejuicios, especialmente de las mujeres, desde mi punto de vista, con el no poder, por ejemplo, pedirle a un hombre que use preservativo por miedo a lo que va a pensar de vos...

¿Alguno de ustedes tuvo una experiencia cercana con el tema del sida?

Echarri: Yo cuando era adolescente me relacioné con una barra de pibes, un grupo de gente que paraba siempre en un lugar, y hoy la mayoría de ellos ya no está. En ese entonces empezaban las drogas en los barrios, y la desinformación era atroz. Me acuerdo que los pibes se picaban y para desinfectar la aguja la chupaban... imaginate que todos esos cayeron enseguida. Hoy eso no pasaría, porque el primer bombardeo de información ya pasó, pero sí pasan otras cosas.

Rivas: Hoy lo que pasa es que hay mucha gente que tiene HIV y no lo sabe. Como no saben que la enfermedad tiene tratamiento, y que las posibilidades de vida son muchísimas más de lo que eran hasta hace poco tiempo: de formar una pareja, una familia, incluso de tener hijos. Para mí era muy importante que el espectador pudiera identificarse con mi personaje, que es una chica con sida súper luminosa, con un carácter increíble, alguien que quiere vivir, no alguien que se está muriendo.

La trama plantea un aspecto poco conocido, como es la relación amorosa entre alguien con sida y alguien sano.

Echarri: Es que el objetivo de esto es hacerte pensar que a cualquiera le puede tocar, ponerte en el lugar de. Acá, además de nosotros dos, hay una serie de personajes que tienen en su boca textos que parecen muy absurdos, pero que sin embargo todo el mundo se puede identificar con alguno... El registro no es solemne, tiene momentos muy graciosos, y eso, el humor, es una buena manera de quebrar la resistencia que impide acercarse a algunos temas.

Un rato antes, en la escena de la asamblea, Pasta Dioguardi, megáfono en mano, en la piel de un dirigente barrial, describía al linyera que vino a alterar la paz del lugar como a un "desclasado miserable" al que "las fuerzas sociales" se iban a ocupar de "barrer". Rita Cortese, como una vecina adinerada, se sumaba a la arenga desplegando una lista de adjetivos (des)calificativos para referirse al sujeto, "marginal y maloliente", cuando Mariela, el personaje de Erica Rivas, levanta tímidamente su mano pidiendo un poco de consideración para el hombre.

"Lo que logran estos programas es romper la barrera de los prejuicios -explica luego la actriz-, que se pueda hablar, porque, aún hoy, de ciertas cosas no se habla".

Ojo con esta pareja
Adriana Bruno
Acertar en el armado de la pareja central de una telenovela es tener la mitad del camino hecho. Más de una atractiva historia hizo agua porque la pareja, justamente, no prendía fuego. A Pablo Echarri —en la ficción, claro— le van las mujeres de aspecto ingenuo, de rasgos frágiles, de dulzura casi virginal, dentro de cuyo envase todo puede pasar. A ese tipo respondió Celeste Cid en Resistiré, y también Paola Krum en Montecristo. Erica Rivas va con el estilo y ha probado ser una excelente, y versátil, actriz. Habrá que verlos juntos porque pueden ser dinamita.

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Echarri volvio a la Tv en una lucha contra el SIDA
Nov 18, 2007

El pasado lunes Pablo Echarri comenzó con las grabaciones de “Reparaciones”, un programa especial de la Fundación Huésped por el Día Mundial de Lucha contra el Sida, que próximamente será emitido por la pantalla de Canal 13. Se trata de un unitario (de un único envío) que busca reflexionar sobre la discriminación y llevar la mirada hacia nosotros mismos. Los actores donaron su cachet y todo lo recaudado por Canal Trece en la venta publicitaria sera a total beneficio de Fundación Huésped.
El especial está escrito por Mario Segade y Gustavo Belatti, protagonizado por Pablo Echarri y Érica Rivas, realizado por Kocawa y dirigido por Juan Pablo Lacroze. Forman parte del prestigioso elenco Lito Cruz, Hugo Arana, Rita Cortese, Federico D´Elía, Carlos Portaluppi y María Fernanda Callejón, entre otros.
Fotos gentileza de Canal 13.

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Exitoso encuentro entre Nancy Duplaa y Pablo Echarri en “Graduados”
clarin.com/espectaculos

El viaje de egresados en Bariloche midio un promedio de 26.6 puntos y se convirtio en lo mas visto del dia.
Lo siguio "ShowMatch", con  24.8
26.06.2012

"Me presento, soy Ezequiel, soy el coordinador de este grupo tan hermoso, asi que les voy a dar la bienvenida oficial a este lugar maravilloso que es Barilocheeee". Con esta frase y caracterizado como coordinador, Pablo Echarri regreso a television como figura invitada de Graduados.
El actor participo en el capitulo donde los protagonistas recordaron su viaje de egresados en Bariloche. Con un promedio de 26.6 puntos de rating y convirtiendose en el programa mas visto del lunes, el momento mas esperado del capitulo por los seguidores de la ficcion de Telefe fue la escena apasionada entre  Loli (Nancy Duplaa) y Ezequiel (Echarri). Debido a un desencuentro, Loli se pierde en el bosque, la encuentra Ezequiel,  y juntos deben pasar la
noche en refugio. El encuentro desperto la pasion y los personajes terminaron besandose, a pesar de que ella estaba de novia con Pablo, el personaje que interpreta Luciano Caceres. Los recuerdos de aquella aventura grupal a la nieve comenzaron cuando Loli (Nancy Duplaa) recibe un llamado telefonico en su casa. El que llama es Ezequiel (Pablo Echarri), el coordinador del viaje de su hijo Martin (Gaston Soffritti), a quien ella reconoce porque es el mismo que tuvo su grupo, dos decadas atras. En el capitulo que se transmitira esta noche se veran imagenes de la fiesta del mariposon. La reunion tendra  las actuaciones especiales de Fabiana Cantilo y el periodista  de German Paoloski, que sera el conductor de la fiesta.

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Graduados: Pablo Echarri y Nancy Duplaa, ?a los besos en el viaje de egresados!
ciudad.com.ar/espectaculos, 25.06.2012

El actor hizo de coodinador de la aventura en Bariloche y tuvo un encuentro muy romantico en un refugio con Loli (Nancy Duplaa). ?Mira el video!
El programa Graduados sigue reviviendo la decada del ochenta y en el ultimo capitulo se encargo de uno de los iconos de la vida adolescente: el esperado viaje de egresados. ?Y cuales son las cosas que no pueden faltar en esa experiencia? El coordinador canchero que suele aprovechar el momento para conquistar corazones femeninos.
Lo curioso es que el papel de coordinador de la aventura en Bariloche estuvo a cargo de Pablo Echarri, que paso una noche en una cabana junto a Loli (Nancy Duplaa) y terminaron besandose apasionadamente, a pesar de que ella estaba de novia con Pablo (Luciano Caceres).
En el mitico viaje de "adolescentes alzados", como lo describio el personaje de Julieta Ortega, hubo clases de sky y golpes en la nieve. Pero en el proximo capitulo tambien habra espacio para la diversion nocturna, con la fiesta del mariposon en una de las discos, que contara con la presencia de Fabiana Cantilo.
?Mira el video del viaje de egresados en Graduados!

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Nancy Dupláa y Pablo Echarri dijeron presente en el estreno de Cock
29.08.2012
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