Una novia para el chori "Señores Papis"

Mundana y barrial al mismo tiempo, hermosa y ambigua, Mónica Antonópulos será desde el martes Mariana, la encargada de emparchar el corazón del Chori (Luciano Castro) en la ficción de Sres. papis, los galanes del jardín (a las 23, por Telefe).

Aunque se haya hecho famosa como la lánguida Ana de Vidas robadas (2008), la imagen de Mónica Antonópulos explotó tres años después, con su personaje de Greta en la telenovela El elegido, donde daba vida a una abogada pura garra, de una enorme ambición y una elección sexual gay. Desde entonces Antonópulos se convirtió en una de las actrices más versátiles de nuestra tele, como volvió a demostrarlo en Los vecinos en guerra (el año pasado, por Telefe), con la atormentada Ivana, enamorada sin remedio ni esperanza del personaje que hacía Mike Amigorena, el actor que terminó siendo su pareja en la vida real.

Ahora, en la piel de Mariana, la actriz volverá a desplegar un personaje en apariencia sexualmente ambiguo. Ex compañera de la secundaria de Carla (Gloria Carrá) y el Chori, acaba de llegar de México donde vivió los últimos 10 años con su marido, dedicándose a los tours temáticos en ese país. Acaba de separarse y no tiene hijos. La ruptura con su marido no fue apacible: después de una infidelidad de él, ella lo abandonó y decidió volver a la Argentina.

Chori la contacta a través de Facebook, y Mariana no tarda en aparecer. El caso es que, en un principio, pareciera estar interesada en Carla (hasta confiesa que hubo un momento en el secundario en el que sentía una atracción muy fuerte hacia ella). Esto va a generar un primer equívoco entre Carla, Chori y Mariana, pero esta vez será él quien se quede con la chica.

“Si bien el personaje se presenta como una mujer que tiene en claro su bisexualidad, el foco no estará en esa elección sino en el contraste que hay entre su universo y todo el que rodea al Chori”, le anticipó Mónica a Clarín. “Ella viene a compartir con él su mundo, que es tan distinto, donde vive el presente, no arrastra relaciones, ni tiene obligaciones -amplía Antonópulos-. Su filosofía de vida es el aquí y ahora. Ella es una eterna adolescente, también, que compensa el sobre esfuerzo que plantea la vida de él.”